Nuestra mudanza a otra ciudad nos motivó a comprar nuestra propia vivienda. Con un presupuesto ajustado, elegimos un modesto apartamento de una sola habitación con 34 metros cuadrados. No nos gustaba el diseño anterior, así que contratamos a diseñadores para crear un espacio único y acogedor.
Vestíbulo
Las paredes del vestíbulo fueron niveladas y pintadas con una pintura ligera y resistente a la humedad. El suelo fue revestido con gres porcelánico que imita el mármol. En la entrada, instalamos paneles decorativos de madera con ganchos para colgar prendas, una consola de pared con espejo y un puf de color turquesa. Entre la cocina y el salón, añadimos un amplio armario con puertas turquesa.
Cocina
En la cocina, el suelo también está cubierto con baldosas de porcelana. A la entrada, colocamos una nevera, seguida de un área de comedor con una mesa redonda y un cómodo sofá. Detrás del sofá, añadimos una pared de acento con un mural y paneles voluminosos.
Frente al sofá, instalamos una cocina en esquina en tonos verdes y madera, con un protector contra salpicaduras en azul verdoso.
Habitación
El salón, ubicado al entrar a la habitación, presenta paredes azules y suelo laminado. A la izquierda, dispusimos un mueble para el televisor. En frente, colocamos un amplio sofá gris y un tabique de listones que divide el espacio en diferentes áreas.
Detrás del tabique, creamos un área de dormitorio con una cama doble, una mesilla de noche, un televisor y un tocador compacto. En la pared detrás de la cama, añadimos un mural con paneles tridimensionales. En el balcón, instalamos una barra de bar.
Cuarto de baño y WC
Optamos por un diseño clásico en blanco para el cuarto de baño y el aseo, utilizando azulejos rectangulares negros y motivos geométricos en los azulejos.
De manera conveniente, colocamos la lavadora frente al lavabo.