Cogió un cenador viejo y desordenado y, con un poco de pintura y creatividad, lo convirtió en un refugio sereno 😍🔥 Sin grandes presupuestos ni materiales extravagantes: pura imaginación 🤩😌 ¿Quién iba a imaginar que una transformación así era posible? 🫢 Mira la transformación en el siguiente artículo 👇
Elena, una joven jubilada que hace poco se mudó del ajetreo de la ciudad a la paz de un pueblo tranquilo, decidió dar un cambio de imagen a su viejo cenador con un presupuesto ajustado. El cenador, anexo a su casa de baños, estaba en mal estado y tenía un aspecto desordenado. Inspirada por el relajante ambiente veraniego, Elena se puso manos a la obra.
Empezó pintando los bancos y la valla del interior con un color verde claro, para lo que sólo necesitó un bote de pintura y un poco de tinte. La única pared del cenador se pintó de un amarillo suave, para lo que necesitó otro bote de pintura al agua y tinte.
Para el suelo, utilizó un trozo de palacio y lo cortó en dos partes para cubrir la superficie. Añadió pequeños cojines a los bancos para hacerlos más cómodos. De las dos aberturas colgaban cortinas beige claro, que creaban una sensación cálida y acogedora.
En la mesa había un mantel beige y encima una servilleta de encaje decorada con mariposas.
Elena también decoró la pared con un panel de mariposas y flores hecho a mano por ella y su madre.
Se colocaron flores frescas en un jarrón que había tejido su madre.
Toda la transformación sólo le costó el precio de la pintura.
Esta actualización económica convirtió el viejo cenador en un espacio cómodo y acogedor para relajarse y disfrutar del aire fresco.
¿Qué te parece el resultado final?