Ella estaba dispuesta a tirarla a la basura, pero yo vi algo más 💡❤️🔥 Aquella vieja panera de ‘7️⃣0️⃣s estaba oxidada, olvidada… hasta que la devolví a la vida 😍 Después de horas de trabajo, no se parecía en nada a la de antes. ¿Y ahora? De repente la quiere de vuelta 😌😐 Mira el resultado en el artículo de abajo ⬇️
Mi amiga tenía una vieja panera que había pertenecido a su familia durante años. Estaba guardada en el cobertizo, donde la utilizaban para guardar herramientas. Cuando decidieron hacer limpieza, quisieron tirarla para liberar espacio.
Les pregunté si podía cogerlo y convertirlo en algo especial. Me recordó a uno parecido que teníamos cuando yo era niño, salvo que el nuestro tenía un solo nivel y una tapa azul.
En cuanto lo tuve en mis manos, me moría de ganas de empezar la transformación. Pero en cuanto empecé a limpiarla, me di cuenta del trabajo que me iba a llevar. Estaba en mal estado y, por un segundo, llegué a dudar de si podría restaurarlo.
Primero, utilicé un compresor para eliminar todo el polvo y la suciedad. Luego le eché un cubo de agua para quitarle la suciedad. Por fin pude ver el estado real de la panera. El fondo estaba completamente oxidado y lo habían pintado varias veces.
La pintura vieja tenía que desaparecer. Compré un decapante y la quité con cuidado en varias fases.
A continuación, vertí agua hirviendo sobre toda la superficie, la rocié con un desinfectante para matar las bacterias, la froté con papel de lija, la lavé con detergente y traté las zonas oxidadas con una solución especial.
Para el lavado final, utilicé una hidrolimpiadora para coches. El fuerte chorro de agua eliminó hasta el último resto de suciedad y pintura. Mi vecino, curioso por todo el ruido, no paraba de asomarse por encima de la valla para ver qué estaba haciendo.
Después, llegó el momento de pintar.
Elegí pintura blanca en spray y apliqué varias capas para darle un aspecto fresco y limpio. Por fin, la panera estaba como nueva.
Para darle un toque especial, utilicé una plantilla para crear una inscripción marrón con pintura acrílica.
Después trabajé en las asas.
Mi marido y yo hicimos unas nuevas con un listón de madera. Como las tapas tenían asas elevadas, tallamos muescas dentro de la madera para que encajaran. Después, taladramos agujeros y fijamos las nuevas asas con tornillos.
Cuando mi amiga vio la panera terminada, quedó tan impresionada que quiso que se la devolviera.
Se la di, pero le pedí que me buscara otra panera vieja a cambio.