Parecía lista para el desguace, pero un remojo hizo que esta sucia rejilla de estufa brillara como nueva

La rejilla de mi cocina parecía arruinada: grasa espesa, hollín negro, manchas de años de cocinar 🤢🙊 Pero con una simple mezcla de la alacena, todo se derritió como si nunca hubiera estado ahí 😱🔥 No hay que restregar hasta que duelan las manos: solo remojar, enjuagar y brillar 🤩 Te cuento el secreto en el siguiente artículo 👇

Un hornillo de gas es un verdadero ayudante en todas las cocinas, pero hay que cuidarlo con regularidad. La rejilla de la parte superior es especialmente delicada porque se ensucia constantemente con la grasa y el hollín de la cocción. Con el tiempo, esta acumulación puede ser tan grave que parece más fácil tirar la rejilla y comprar una nueva. Pero aunque parezca completamente estropeada, puedes devolverle la vida utilizando ingredientes sencillos y asequibles.

No hace falta gastar dinero en productos de limpieza fuertes ni en sustancias químicas. Lo más probable es que tengas todo lo que necesitas en casa. Los ingredientes principales son jabón doméstico, mostaza seca, ceniza de sosa y agua hirviendo. Juntos, hacen maravillas con la suciedad y la grasa viejas.

Primero hay que rallar finamente el jabón. Una vez hecho esto, hay que mezclar las virutas de jabón con mostaza seca y carbonato sódico. Tras combinar estos ingredientes, se vierte agua hirviendo sobre ellos. Hay que remover bien la mezcla hasta que todo se disuelva y se convierta en una solución limpiadora.

A continuación, se coloca la rejilla en un barreño o una bañera. Se vierte sobre ella la mezcla preparada, asegurándose de que la rejilla quede totalmente cubierta. Si es necesario, se puede añadir más agua hirviendo. La rejilla debe sumergirse en esta solución durante al menos dos o tres horas. Si la suciedad es especialmente persistente o se ha acumulado durante mucho tiempo, es mejor dejarla toda la noche. Las rejillas de hierro fundido suelen necesitar menos tiempo de remojo, y unas dos horas suelen ser suficientes.

Tras el remojo, la grasa y el hollín reblandecidos pueden limpiarse con un cepillo. La suciedad sale mucho más fácilmente después de este tratamiento, y la rejilla empieza a parecer limpia y casi como nueva. La misma solución limpiadora puede utilizarse también para limpiar otros elementos de la cocina, como las tapas de cristal o las bandejas del horno.

Este método es suave y no utiliza productos químicos agresivos, por lo que es seguro tanto para la salud como para el medio ambiente. También funciona bien en las rejillas de hierro fundido, que a menudo se consideran las más difíciles de limpiar.

Después de este sencillo proceso, la rejilla volverá a lucir como nueva y el horno recuperará su aspecto impecable. Cuidar los utensilios de cocina no sólo mantiene su buen aspecto, sino que también ayuda a que duren mucho más.

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