Mi amiga de Moldavia me contó algo salvaje: ¡pone un huevo crudo en el vino! Suena raro, ¿verdad? Resulta que es un secreto por el que muchos juran 🤫😲 ¿Quieres saber por qué? Echa un vistazo a todos los detalles en el siguiente artículo 👇
En otoño, muchos propietarios de viñedos y casas de campo prueban suerte elaborando vino casero. Hacer vino en casa no solo es una opción más barata, sino también una forma de crear un producto natural sin productos químicos ni conservantes.
Sin embargo, en lugar de un vino sabroso, muchos acaban obteniendo sólo un zumo de uva ligeramente fermentado. ¿Por qué ocurre esto?
La razón principal del bajo contenido de alcohol suele ser la falta de azúcar en las uvas. Cuanto más sol reciben las uvas, más dulces son, lo que favorece el proceso de fermentación.
Pero si las uvas han crecido en una zona sombría o ha llovido mucho esa temporada, puede que no tengan suficiente azúcar. En este caso, puedes añadir azúcar tú mismo.
¿Cómo puede saber si necesita añadir azúcar?
La mayoría de los vinicultores caseros no disponen de herramientas especiales para medir la densidad del mosto. Pero hay un método fácil y fiable que se ha utilizado durante generaciones: ¡un simple huevo de gallina!
Esto es lo que hay que hacer
Dejar fermentar las uvas estrujadas durante 24 horas. Después, coge un huevo fresco y bájalo suavemente en el zumo en fermentación.
Comprueba los resultados:
Si el huevo se eleva unos 2 cm o más por encima del líquido, el nivel de azúcar es el adecuado, y tu vino debería tener una graduación alcohólica de 11-13%.
Si el huevo se hunde o apenas flota, no hay suficiente azúcar. Añade una pequeña cantidad (50-100 g por litro), remueve y vuelve a probar al cabo de otras 24 horas.
Este sencillo método puede ayudarle a conseguir la graduación perfecta del vino sin necesidad de herramientas complicadas, para que pueda disfrutar de una bebida deliciosa y natural con sus seres queridos.