Crees que tu escondite «secreto» es seguro? Según la policía, la mayoría de los ladrones saben exactamente dónde buscar, y no es donde crees. Cajas fuertes, tarros de azúcar, ¿incluso los bolsillos de los abrigos? Ya están en su lista. Esta información le ayudará a evitar errores comunes. ¿Tienes curiosidad por saber qué lugares funcionan realmente? Lista completa en este artículo 👇
Mucha gente intenta proteger sus objetos de valor escondiéndolos en lugares «secretos» de casa, pensando que los ladrones no los encontrarán. Pero la mayoría de las veces no son los ladrones los que fallan, sino que somos nosotros los que olvidamos dónde guardamos nuestro alijo. Compartimos algunas ideas de los agentes de policía sobre los errores más comunes a la hora de esconder objetos.
Los ladrones suelen saber exactamente dónde buscar. Lo han visto todo antes y saben cómo piensa la mayoría de la gente. Lo que a nosotros nos parecen escondites ingeniosos suelen ser los primeros lugares en los que miran los ladrones.
Por ejemplo:
Las cajas fuertes son la primera parada obvia. Si está ahí, intentarán abrirla.
Los recipientes de cocina con harina, azúcar o arroz se vacían y se revisan.
Las fotos enmarcadas y las obras de arte de la pared se voltean y examinan.
¿Y las macetas? Escarban en la tierra para ver qué hay enterrado.
Los colchones y las almohadas se abren sin dudarlo.
Se registran abrigos, chaquetas y otras prendas de los armarios, sobre todo bolsillos y forros.
¿Escritorios y cómodas? Se revisan a fondo, incluso debajo y dentro de los cajones cerrados con cinta adhesiva.
Estanterías, cajas, lámparas e incluso la parte superior de los armarios.
Las cisternas de los inodoros y las rejillas de ventilación tras las tapas no son una excepción.
Ni siquiera la unidad de sistema de tu ordenador está a salvo: si no miran dentro, podrían robarlo todo.
En cuanto a esconder el dinero debajo de las tablas del suelo, es un truco bien conocido, y los suelos suelen quedar destrozados.
Entonces, ¿qué es lo que realmente funciona?
Los mejores escondites son los que parecen demasiado extraños, demasiado desordenados o, simplemente, poco atractivos para excavar en ellos. Por ejemplo:
Enrolle dinero y escóndalo dentro de un bote de mayonesa o de ketchup.
Envuélvalo en carne y déjelo en el congelador.
Mételo en un paquete de compresas o en un cesto de la ropa sucia.
Mete un rollo en la parte trasera de una lavadora o en el flotador de la cisterna de un inodoro.
Escóndelo en una toma de corriente falsa: puedes instalar una sólo para este fin.
El truco está en hacer que el escondite sea lo bastante incómodo o desagradable como para que el ladrón no quiera molestarse.