¡Es hora de dejar de comprar queso en las tiendas ya que esta es la MEJOR manera de cómo hacerlo en casa! ¡🧀🤤 Este queso casero ni siquiera se puede comparar con las variedades compradas en la tienda con su alta calidad y frescura! 🤫👌 ¡Todo lo que necesitas es 3️⃣ litros de leche sin procesar! 🥛🍶 ¡Te sorprenderá lo sabroso que te saldrá siempre! 😋 ¡Prepárate para tomar notas porque voy a compartir la receta en este artículo! 👇
Si quieres un queso suave, delicado e increíblemente sabroso, hacerlo en casa es una opción fantástica. Yo personalmente prefiero el método del horno, ya que me da sistemáticamente los mejores resultados. El proceso en sí es bastante sencillo, aunque encontrar leche fresca de granja de buena calidad a veces puede ser un reto. Hoy voy a utilizar leche casera, aunque todavía no he probado este método con variedades compradas en la tienda.
Ingredientes:
Leche fresca sin procesar – de 3 a 6 litros (ajusta la cantidad en función de tus necesidades)
Con 3 litros de leche se obtiene aproximadamente 1 kg de queso, pero el rendimiento varía en función del contenido de grasa.
Instrucciones paso a paso:
Para este lote, utilizo 6 litros de leche fresca. Aunque yo prefiero la leche casera, se puede experimentar con la comprada en la tienda siempre que tenga una vida útil corta, lo que suele indicar un procesamiento mínimo.
Deja que la leche se agrie – Vierte la leche en tarros, cúbrelos con tapas y déjalos reposar a temperatura ambiente (alrededor de 20-22°C) durante 2 o 3 días. Si hace calor, este proceso se produce más rápidamente. Sabrás que está lista cuando la leche espesada empiece a despegarse de las paredes del tarro al inclinarlo.
Calentar en el horno – yo mantengo la capa de nata intacta (aunque puedes retirarla si lo prefieres). Introduce los tarros en el horno frío (asegúrate de que estén intactos y sin grietas). Ajuste la temperatura a 130°C y déjelos calentar durante 50-60 minutos. Una vez hecho esto, apaga el horno y deja que todo se enfríe dentro sin abrir la puerta.
Colar el queso – Cuando la mezcla se haya enfriado del todo, notará que se ha formado un queso liso y uniforme. Coge un colador o un tamiz, fórralo con varias capas de estopilla limpia y vierte con cuidado la cuajada, dejando que escurra el suero. Puede dejarlo escurrir de forma natural, colgar la estopilla para que gotee o colocar un pequeño peso encima para obtener una textura más firme.
El resultado es un queso suave pero estructurado, perfecto para una gran variedad de usos. Disfrútelo con frutas como plátanos o bayas para un capricho dulce, o mézclelo con sal y hierbas para una opción salada. Este queso casero también funciona de maravilla en platos horneados.