«¿Una casa de muñecas de 8,5 millones de dólares?» No es un juguete, sino un palacio de 7 niveles con 29 habitaciones diminutas, luces que funcionan, agua y chimeneas de verdad. Construida durante 13 años por artistas de primera. 🏰✨ Imprescindible: fotos detalladas del interior del castillo en miniatura en el artículo 👇.
La «Casa de muñecas Astolat» vale la friolera de 8,5 millones de dólares, casi lo mismo que un apartamento de lujo en Londres. Pero no es una casa de muñecas cualquiera. Es un palacio diminuto y totalmente equipado, con todos los detalles trabajados a la perfección.
Esta obra maestra en miniatura fue diseñada por Elaine Diehl, una artista de miniaturas conocida en todo el mundo. Se inspiró en los poemas de Alfred Tennyson sobre la Dama del Lago. Tardó dos años en planificar el diseño y casi 13 en terminar su construcción. En el proceso participaron expertos miniaturistas de todo el mundo.
Sin ningún adorno en su interior, la casa de muñecas pesa unos 350 kilos. Cuando está completamente amueblada, el peso puede llegar a los 500 kilos. Mide 2,74 metros de altura y está construida en siete niveles. Sorprendentemente, el castillo tiene agua corriente, electricidad y chimeneas de verdad.
En su interior hay 29 habitaciones individuales. En el sótano hay una pequeña armería y una bodega. Hay una cocina completa con utensilios detallados, salones de baile para eventos, dependencias para la servidumbre, una sala de música con un minipiano, la cámara de un caballero y una biblioteca llena de libros diminutos. En el último piso hay un observatorio con decoraciones zodiacales y un telescopio llamado Torre de los Magos.
La primera versión del interior tenía unos 10.000 objetos en miniatura. Entre ellos había muebles hechos a medida, réplicas de cuadros famosos, platos, figuritas, flores, joyas, juguetes e incluso libros. Todos los objetos estaban hechos a mano y costaban mucho más que otros similares de tamaño normal.
Hasta 1996, este castillo se conservó en la galería de Elaine Diehl en Sedona (Arizona) y se mostraba al público de vez en cuando. Más tarde lo compró un coleccionista llamado L. Freeman, que lo trasladó a un museo de arte de Nassau.
El nuevo propietario mejoró aún más el interior. Aunque es posible ver esta pieza única en persona, no es fácil. Una de las últimas exposiciones públicas se celebró en Nueva York y duró sólo cuatro semanas. Las entradas eran gratuitas, pero se animaba a los visitantes a hacer donaciones a organizaciones benéficas infantiles.
Desmontar esta casa de muñecas es un proyecto en sí mismo: se necesitan dos días enteros y un equipo de doce expertos. Para volver a montarla se necesitan ocho personas cualificadas y el mismo tiempo. No es sólo un juguete: es una obra de arte, historia y artesanía.
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