Un día, nuestra protagonista estaba cerca del supermercado que ella y su marido solían visitar. Pensó que él ya habría terminado de trabajar y podrían comprar algo de comida juntos. Intentó llamarlo, pero la llamada fue directamente al buzón de voz.
Luego, recibió un mensaje de él diciendo que seguía en el trabajo y que no lo esperara. Sin embargo, en el estacionamiento, vio un todoterreno que reconoció como el de su marido.
Su comportamiento extraño la dejó atónita. Decidió no confrontarlo de inmediato y esperó pacientemente. Imagínense su sorpresa cuando vio un coche viejo aparcado junto al todoterreno y vio a su marido dentro de él.
Dylan, vestido de civil, se cambió rápidamente a un traje clásico y se subió a su todoterreno. Catherine decidió esperar en casa y no sacar conclusiones precipitadas.
Esa noche, durante la cena, le preguntó cómo había sido su día. Para su sorpresa, Dylan habló de papeleo, documentos y lo ocupado que había estado. El corazón de Catherine se rompió en pedazos.
A la mañana siguiente, decidió seguirlo. Cuando Dylan le preguntó adónde iba, ella respondió que tenía una cita con el médico por dolores de espalda.
En el estacionamiento, vio a su marido cambiar el todoterreno por un viejo sedán y cambiarse de ropa. Esto la impactó profundamente. Catherine comenzó a seguirlo, con el corazón latiendo aceleradamente.
Finalmente, él se detuvo en una zona boscosa y continuó a pie hacia una casa de madera. Allí, vio a Dylan hablando con otro hombre.
Catherine no pudo esperar más y se acercó enfurecida. Le preguntó a Dylan qué estaba pasando y por qué le había mentido sobre la reunión en la oficina. Estaba furiosa y no esperaba un giro así.
El hombre con el que estaba Dylan preguntó quién era ella, y Catherine respondió rápidamente. Sorprendido, el hombre le preguntó a Dylan por qué le había dicho que era soltero y trabajaba en una gasolinera.
Catherine lo llevó al sótano, exigiendo una explicación. Dylan comenzó: «Yo tenía un hijo, y todo empezó cuando lo llevé al médico…»
Explicó que su hijo tenía una enfermedad rara y necesitaba 100,000 dólares para una operación urgente. Su exnovia, al enterarse, dejó una nota de despedida y desapareció.
Desesperado, Dylan llamó a su amigo Harry para robar un banco. Aunque lograron el atraco, Harry fue detenido, pero la policía no encontró el dinero. La operación del niño resultó costar el doble, y Dylan usó también la parte de Harry. A pesar de todo, su hijo falleció.
Dylan no quería compartir el dinero con Harry, pero cuando Catherine descubrió todo, Harry comenzó a exigir su parte y a amenazarlo.
Dylan decidió darle a Harry 100,000 dólares de su cuenta bancaria. Pero cuando llegaron al banco, Dylan se dio cuenta de que Harry no era de fiar y temía por la vida de su mujer.
Al acercarse al cajero, Dylan gritó: «¡Es un atraco!». La policía llegó y los arrestó. Dylan se alegró de que, al menos, su mujer estuviera a salvo.